¿POR QUÉ ES IMPORTANTE LA CONVIVENCIA
ESCOLAR?
Si se entiende que la convivencia escolar
es la experiencia de aprendizaje de la democracia, por defecto, la importancia
de la calidad o nivel de desarrollo que alcance la convivencia en el
establecimiento educativo, es relevante desde el punto de vista de la sustentabilidad
y legitimidad de la democracia como paradigma de organización de la vida social
(“yo creo en la democracia”… “yo creo que
la democracia sirve”).
Así, si el propósito de la convivencia es
la formación de ciudadanos, es importante recordar y considerar que (para bien
o para mal, por acción u omisión) la experiencia biográfica de la escuela y el
liceo, marcarán el comportamiento inmediato y futuro de niños, niñas y jóvenes.
Ya sea en su relación con en el mundo del trabajo/empresa, con en el mundo de
la política/gobierno, con en el mundo del hogar/familia, o con en el mundo del
barrio/ciudad.
En este sentido, un proceso precario de
convivencia en el establecimiento, impactará tanto en la convicción de
pertenencia a la sociedad (“yo soy parte
de esta comunidad… “me identifico con la comunidad”) como en la convicción
de la efectividad/beneficio del sistema de reglas que ella determina (“yo participo de la vida en comunidad… “yo
respeto las reglas de juego”).
Un proceso precario de convivencia escolar
se puede entender como la baja participación de la comunidad en la toma de
decisiones y en el acceso de la información, la poca identificación con el
proyecto educativo institucional, la existencia de prácticas sistemáticas de
abuso de poder, la existencia de relaciones basadas en la desconfianza y en la
violencia, o el sesgo en la sanción de conflictos y no en la formación de
estudiantes.
Expuesto de esta forma, la calidad o nivel
de desarrollo de la convivencia escolar en un establecimiento, es relevante también
desde el punto de vista de su impacto en:
à La calidad de vida de todos los miembros y
estamentos de la comunidad educativa. En tanto sensación de agrado o bienestar
al ir a estudiar o trabajar.
à Los resultados de aprendizaje de niños,
niñas y jóvenes. En tanto clima de aula y laboral favorable para el desarrollo
del proceso de enseñanza-aprendizaje.
à El mejoramiento de la gestión educativa.
En tanto compromiso y cooperación de la comunidad educativa por alcanzar los
logros institucionales del establecimiento.
¿CUÁLES
SON LAS DIMENSIONES DE LA CONVIVENCIA ESCOLAR?
La política nacional de convivencia escolar identifica
tres dimensiones fundamentales del proceso:
1.-Por un lado, reconoce que la convivencia escolar
es eminentemente un proceso formativo de niños, niñas y adolescentes. Es parte
del “curriculum” y una experiencia/vivencia enmarcada en los “objetivos de
aprendizaje transversales”.
Coherente con lo anterior, se entiende que la
convivencia escolar es un aprendizaje transversal y no se restringe a una
determinada asignatura o área de conocimiento. Además, se desarrolla en
distintos espacios (aula, patio, celebraciones escolares, salidas pedagógicas,
o reuniones de curso), en los cuales los adultos tienen la oportunidad de modelar
los valores y conducta de niños, niñas y jóvenes.
La convivencia escolar es parte del proceso de
enseñanza-aprendizaje y, por lo tanto, requiere de planificación e
intencionalidad, una preparación de la enseñanza y la creación de un ambiente
propicio para el aprendizaje. Convivencia escolar debe ser parte del conjunto
de estrategias pedagógicas del establecimiento. En esto mismo, se entiende que
la convivencia escolar no se limita a informar o prohibir, sino que apunta a
anticipar situaciones mediante la generación de habilidades sociales,
cognitivas y emocionales.
2.- Por otro, reconoce que la convivencia escolar
es una responsabilidad compartida por toda la comunidad educativa y la sociedad
en su conjunto. Es un aprendizaje que se construye en el hogar, el barrio y el
establecimiento educativo. Por lo tanto, es un proceso que se desarrolla y
requiere de la participación y compromiso de todos y todas.
Particularmente, se entiende que la experiencia de
la escuela y el liceo, sólo contribuyen en parte al proceso educativo y
formativo de niños, niñas y jóvenes. La familia, el barrio, los medios de
comunicación, o los líderes de opinión en general, también construyen los
aprendizajes esperados y se constituyen actores centrales del proceso de
convivencia escolar. Dicho así, la complejidad de la convivencia escolar no
puede ser escindida de la complejidad de los procesos que la sociedad enfrenta
en su conjunto.
3.-Por último, reconoce que la convivencia escolar
se construye sobre la base de una comunidad educativa sujeto de derechos y
responsabilidades. Dicho así, el marco legal y normativo de la convivencia
escolar se encuentra en:
ü La
Declaración Universal de Los Derechos Humanos.
ü La
Constitución Política del Estado de Chile.
ü La
Convención de los Derechos del Niño de la Organización de Naciones Unidas
(ratificada por Chile en 1990).
ü La
Ley General de Educación (ley 20.370).
ü La
Ley sobre Violencia Escolar (ley 20.536).
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